Cosechas tóxicas en Hidalgo: cuando el agua que riega los campos también siembra enfermedades.

DESTACADOAGRICULTURA

Citlali Hernández Jiménez

6/17/20252 min read

En la región de Tula, Hidalgo, la contaminación industrial sigue siendo una amenaza constante para miles de campesinos. Estudios científicos y reportes oficiales han documentado durante años la presencia de metales pesados como arsénico, plomo y mercurio en los suelos y aguas de riego, principalmente asociados a los residuos de la refinería Miguel Hidalgo y a las descargas de aguas residuales tratadas del Valle de México.

Investigaciones de la UNAM y del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático han confirmado que estos contaminantes han afectado cultivos básicos como el maíz y la alfalfa, además de impactar la salud de la población local. Médicos de la región han reportado un aumento en casos de enfermedades renales, dermatológicas y gastrointestinales entre los habitantes de comunidades agrícolas, particularmente en quienes tienen contacto directo con el agua y los suelos contaminados.

A pesar de las promesas gubernamentales, los avances en materia de remediación ambiental han sido lentos. Campesinos de la zona denuncian que las restricciones sanitarias a sus cosechas les han causado pérdidas económicas significativas, mientras que las alternativas de apoyo resultan insuficientes. En años recientes, esta situación ha llevado a manifestaciones y bloqueos carreteros como forma de protesta por la falta de soluciones concretas.

El caso de Tula ejemplifica los desafíos que enfrentan muchas comunidades mexicanas ante la contaminación industrial. Mientras las autoridades no implementen medidas efectivas para limpiar los suelos y garantizar agua libre de tóxicos, los campesinos seguirán atrapados entre trabajar tierras que los enferman o abandonar su medio de vida tradicional.