Aranzel del 20.91%: ¿El principio del fin para el jitomate mexicano en EE.UU.?

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Citlali Hernández Jiménez

6/26/20252 min read

A partir del 14 de julio de 2025, el jitomate mexicano enfrentará un duro revés: Estados Unidos impondrá un arancel del 20.91%, una medida que, según analistas, provocará una caída del 5% en las exportaciones este año. Este impuesto llega en un momento crítico para el campo mexicano, donde el jitomate no solo es un producto emblemático, sino un sostén económico para miles de familias.

El jitomate mexicano es mucho más que un alimento: es un motor económico que genera cerca de 47,000 empleos directos e indirectos en ambos lados de la frontera. Según datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), esta hortaliza mueve una cadena de valor superior a los $8,000 millones de dólares anuales, integrando a productores, empacadores, transportistas y distribuidores.

La medida estadounidense responde a presiones de grupos agrícolas en Florida y California, que argumentan "competencia desleal". Sin embargo, expertos como Dr. Luis Gómez, economista agroindustrial de la UNAM, advierten que este arancel no solo afectará a México, sino que también encarecerá el jitomate en EE.UU., perjudicando a consumidores y a empresas que dependen de su importación.

Se estima que 1 de cada 4 camiones de jitomate podría dejar de cruzar la frontera, lo que obligará a los productores a absorber parte del costo o buscar mercados alternos, como Canadá o Asia. En estados como Sinaloa, Michoacán y San Luis Potosí, donde el jitomate es clave, podrían registrarse protestas y reclamos al gobierno federal.

Juan Pérez, líder de la Asociación de Productores de Jitomate de Hidalgo, declaró: "Es un golpe bajo, pero no nos rendiremos. Buscaremos vías legales y alternativas comerciales". Por su parte, María González, analista de COMCE, señaló: "El T-MEC debe protegernos. Si EE.UU. aplica medidas unilateralmente, México debe responder".

México ya prepara una estrategia diplomática y comercial, que incluye desde recursos legales en el marco del T-MEC hasta incentivos para modernizar la producción y reducir costos. Mientras, el campo espera no convertirse en moneda de cambio en la compleja relación bilateral.